Las cifras de obesidad infantil son alarmantes, cuatro de cada 10 escolares presentan exceso de peso, un 40,6%. Un 23,3% se corresponde con sobrepeso y el 17,3% con obesidad. Datos que desprende el Estudio Aladino sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad (2019). Este estudio se realiza desde el año 2011 entre escolares de 6 a 9 años. La obesidad está considerado uno de los problemas más importantes del siglo y la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declara “epidemia del siglo XXI” por su elevada presencia en todo el mundo.
Qué factores han influido en el crecimiento de la obesidad infantil en España en los últimos años:
-La falta de tiempo para cocinar de los padres provoca cambios en la alimentación. Muchas veces esa falta de tiempo nos lleva a darles productos socorridos y poco saludables con mayor cantidad de sal, azúcares y calorías: platos precocinados, fritos ultracongelados, patatas fritas, salchichas y postres dulces.
Una buena estrategia para implementar mejoras en la dieta sin sacrificar tiempo a diario es planificar la compra y el menú semanal, cocinar de tirón un día y congelar de domingo a domingo como os contábamos en nuestro post «Batch Cooking: planifica tus menús semanales». Incorporar guarniciones con verduras y hortalizas y postres con frutas.
-Falta de ejercicio. En edad escolar se recomienda una hora de actividad física todos los días, moderada o intensa, correr, jugar..
-Vida sedentaria y uso de ordenadores, videojuegos, televisión.
-El poder adquisitivo. La tasa de obesidad infantil es el doble entre las familias con unas rentas más humildes que en aquellas con rentas más altas.
-Dormir poco. La falta de sueño está relacionada con la aparición de obesidad en niños. Como dato dormimos menos en los países mediterráneos que en el norte de Europa. Los niños tienen que cenar pronto y acostarse temprano, como muy tarde a las 10 de la noche. Los niños en edad preescolar deberían dormir unas once horas.
-Publicidad de alimentos insanos dirigida a los niños.
-En cuanto a la genética sería responsable de aproximadamente un 60% de la variabilidad en el índice de masa corporal. La genética juega un papel importante pero no definitivo.
Los medios por tanto para combatir la obesidad parecen claros: alimentación saludable, ejercicio físico y un descanso adecuado. En definitiva adquirir rutinas saludables.
En la lucha contra la obesidad infantil la dieta mediterránea es de vital importancia, fruta, verdura, legumbres, cereales poco refinados, más pescado, pollo y carne en cantidades moderadas.
Los menores deben comer gran variedad de alimentos, que haya una gran diversidad en su dieta. Acostumbrar a los pequeños a los sabores es fundamental. A partir de los 6 meses cuando se introducen alimentos nuevos en su dieta insistir aunque no les gusten. Al final acabaran aceptando todos los sabores o todos los alimentos.
La lactancia materna contribuye a prevenir la obesidad y se debería prolongar hasta los seis meses.
Cómo afecta la obesidad.
-Aparición de patologías: resistencia a la insulina que es el primer paso hacia el desarrollo de la diabetes, hipertensión arterial, osteoporosis…
-Problemas psicosociales como baja autoestima y problemas orgánicos, algunos de los más visibles los de tipo ortopédico, como el genu valgo ( rodillas que se meten hacia dentro) y los pies planos.
-Efectos a largo plazo, adultos inactivos , sin interés por la actividad física con patologías que si en un ciclo de vida normal aparecen a los 60 años en personas obesas pueden aparecer a los 40, lo que empeorará su calidad de vida.
-Los niños con sobrepeso tienen más probabilidades de tener sobrepeso en su vida adulta.
Qué podemos evitar ó tomar con moderación
-Galletas procesadas y bollería tienen un enorme aporte de azucares y deberían tomarse como mucho 2 ó 3 veces al mes. Podemos sustituirlas haciéndolas en casa y controlando el azúcar que utilizamos al elaborarlas.
– Los niños no deberían tomar de forma habitual ni bebidas de cola, refrescos ni zumos debido a su elevado contenido en azúcar. Tampoco refrescos light, ni sin cafeína ni bebidas a base de té.
-Evitar los yogures de sabores azucarados, siempre es mejor optar por yogures naturales enteros.
-Los cereales de desayuno suelen ser azucarados por lo que también deberían tomarse de forma esporádica, máximo 2 ó 3 veces al mes. Mejor una tostada de pan integral con mantequilla, aceite, aguacate ó jamón. Puedes ver ideas de desayuno en este artículo de nuestro blog. «Almuerzos y meriendas saludables»
-Los productos precocinados contienen un elevado porcentaje de grasas saturadas, sodio, azúcar, fosfatos…Pueden solucionarnos un día pero no formar parte de su menú habitual.
-Snacks o aperitivos contienen grasas y mucha sal. Podemos optar por picoteos más saludables como frutos secos, palitos de zanahoria, pepinillos agridulces, olivas…
-El chocolate mejor negro con un 80% de cacao. Podemos darles unas onzas con pan integral.
No nos obsesionemos con prohibir si no con controlar cantidades y frecuencia. No pasa nada por comer ciertos alimentos en momentos puntuales dentro de una dieta rica y variada.